La “huella digital” es el rastro de datos que dejamos cuando usamos Internet, incluyendo los sitios web que visitamos, los correos electrónicos que enviamos y la información que compartimos en línea. Esta huella puede ser utilizada para rastrear las actividades y los dispositivos en línea de una persona de una forma pasiva o activa. Una huella digital activa se crea cuando compartimos deliberadamente información sobre nosotros mismos, como publicar en redes sociales o completar un formulario en línea. Por el otro lado, una huella digital pasiva se crea cuando se recopila información sobre nosotros sin que seamos conscientes de ello, como cuando los sitios web recopilan información sobre cuántas veces los visitamos, de dónde venimos y cuál es nuestra dirección IP.
Es importante tener en cuenta que las huellas digitales son relativamente permanentes y pueden determinar la reputación digital de una persona. Por lo tanto, es fundamental proteger nuestra huella digital de los hackers y de cualquier uso no autorizado. Podemos hacerlo evitando compartir información personal en línea, utilizando contraseñas seguras y actualizándolas regularmente, y configurando la privacidad de nuestras cuentas en las redes sociales.
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